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Señales y síntomas tempranos del Alzheimer

El Alzheimer provoca progresivamente la pérdida de las funciones y estilo de vida diaria del paciente. Los científicos saben que esta enfermedad está causada por un trastorno cerebral y que se desarrolla en varias etapas degradantes, pero desconocen cuáles son las causas desencadenantes y los síntomas para detectar el Alzheimer de forma precoz.

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Las señales y síntomas del Alzheimer muchas veces pasan desapercibidas, o son consideradas como efecto de demencia que aparece normalmente en la tercera edad, ya que su mayor incidencia se sitúa entre los 65 y 80 años. Si aparece en edades más tempranas se considera Alzheimer precoz. 

No obstante, es conveniente estar alerta para descubrir signos precoces de olvidos y comportamientos no habituales de familiares, pues, aunque no existen tratamientos específicos que curen el Alzheimer se debe acudir a un profesional para planificar e intentar mejorar la calidad de vida de la persona afectada, e incluso guiar a quien esté al cuidado del enfermo.

Qué es el Alzheimer

Clínicamente, el Alzheimer se engloba en un tipo severo de demencia neurodegenerativa. Es una enfermedad que genera un deterioro progresivo del cerebro. Esta afección se caracteriza por los cambios en el tejido cerebral (placas amiloides y ovillos neurofibrilares u ovillos de tau) y la pérdida de conexiones entre las neuronas, provocando una disminución considerable de la masa cefálica.

Las etapas del Alzheimer se van desarrollando paulatinamente, como enfermedad degenerativa que es, siendo el primer síntoma inicial la pérdida de memoria, y a medida que la enfermedad evoluciona se producen alteraciones en las funciones ejecutivas, cognitivas y del habla en el enfermo hasta llegar a un deterioro total en el desempeño de las tareas personales más cotidianas.

El envejecimiento está considerado como un factor de riesgo para padecer Alzheimer, aunque también puede deberse a antecedentes familiares o genéticos, al estilo de vida general social, a las opciones de bienestar o estar vinculado con otras afecciones, como pueden ser la pérdida de audición, el estreñimiento o los problemas cervicales. Algunas de estas afecciones bien podrían ser tanto la causa como el efecto o síntoma del Alzheimer.

En la actualidad, el Alzheimer es una enfermedad que no tiene cura, pero detectarlo en sus fases más tempranas ayuda a poner los remedios necesarios para ralentizar el proceso degenerativo, además de que el paciente pueda participar en la toma de decisiones sobre el tratamiento del Alzheimer a seguir. Sentirse útil y activo influirá positivamente en el estado anímico para que el tratamiento funcione mejor.

Señales y síntomas del Alzheimer

La enfermedad del Alzheimer se evalúa identificando ciertos síntomas, y descartando otras posibles causas. 

Algunos de los problemas de memoria están relacionados con efectos del alcoholismo crónico, tumores, infecciones o coágulos, una deficiencia de vitamina B12, o la soledad, entre otras patologías físicas. 

Sin embargo, se pueden originar olvidos o sentirse confundido temporalmente ante ciertos hechos emocionales, y transcurrido cierto tiempo tales sensaciones desaparecen.

Las señales más usuales para identificar el Alzheimer son las que siguen.

  • La pérdida frecuente de memoria. En primera instancia es la señal más frecuente que muestra el Alzheimer. Olvidar la información recientemente adquirida, fechas, nombres o eventos importantes. También, las preguntas reiteradas y repetidamente sobre la misma cuestión pueden referir el inicio del Alzheimer.
  • Dificultad para realizar tareas cotidianas. Con frecuencia las personas que padecen Alzheimer tienen problemas para realizar sus tareas manuales del día a día, pierden habilidades de planificación para trabajar, manejar datos o números, y tienen dificultad para llegar a un lugar conocido.
  • Desorientación. El problema cognitivo del Alzheimer produce en el enfermo la pérdida de la noción de su ubicación en un lugar y de la fecha, mes o año. Ante estas situaciones el paciente puede presentar cuadros de ansiedad y miedo.
  • Dificultad de comprensión. En esto se engloban tanto los problemas de visión y para comprender que padece el enfermo de Alzheimer como dificultad en determinar distancias, colores, contrastes o leer. Las personas con estos síntomas experimentan cambios de juicio y su discernimiento no alcanza lo racional y lógico.
  • Pérdida de objetos. Aunque esto puede resultar un hecho común, el enfermo de Alzheimer coloca objetos propios y ajenos en sitios extraños y luego no tiene capacidad de encontrarlos, ya que no lo recuerda.
  • Problemas de comunicación. Los enfermos con esta enfermedad degenerativa llegan a tener dificultades para participar o seguir una conversación, puesto que en su memoria no encuentran la palabra adecuada o exacta.
  • Cambios de ánimo y conducta. La personalidad y el humor de las personas con Alzheimer puede cambiar repentinamente al sentirse confundidos o solos, sentir sospechas o notar temor, sobre todo frente a la oscuridad. 

Tratamiento del Alzheimer

Como ya hemos apuntado con anterioridad, esta patología progresiva e irreversible no tiene cura. Los médicos sólo pueden tratar de ralentizar el progreso de la enfermedad a través de un arsenal terapéutico o de medicamentos muy limitado.

Para detectar los síntomas, los especialistas en neurología, geriatría y psiquiatría llevarán a cabo exámenes físicos, como pueden ser pruebas de sangre para detectar los niveles de beta amiloide, pruebas genéticas o resonancias magnéticas, pruebas cognitivas y neuropsicológicas o evaluaciones psiquiátricas para determinar el funcionamiento mental del posible paciente de Alzheimer.

Según casos estudiados, los trastornos asociados al Alzheimer son tanto emocionales como físicos, por lo que la prevención puede convertirse en el mejor de los tratamientos. Cuidar el capital cognitivo, la vida social, las actividades culturales o formativas, el ejercicio moderado y vivir con propósitos, sintiéndose partícipe en un entorno de comunidad pueden ser el mejor mecanismo para defenderse contra el Alzheimer.

Atención domiciliaria a personas que padecen Alzheimer

La atención domiciliaria a pacientes con Alzheimer es un enfoque de cuidado que se brinda en el entorno del hogar del paciente. Este tipo de atención se enfoca en proporcionar servicios médicos, de apoyo y de cuidado personalizado para ayudar a mejorar la calidad de vida del paciente y brindar apoyo a sus familiares y cuidadores.

A continuación, se presentan algunas consideraciones importantes para la atención domiciliaria a pacientes con Alzheimer:

  1. Evaluación y planificación: Es fundamental realizar una evaluación exhaustiva del paciente para determinar sus necesidades específicas y desarrollar un plan de atención personalizado. Esto incluye evaluar el estado de salud del paciente, sus capacidades cognitivas, habilidades funcionales, necesidades emocionales y sociales, así como evaluar el entorno del hogar para hacerlo seguro y adaptado a las necesidades del paciente.
  2. Cuidado médico: Es importante contar con un equipo médico especializado que pueda proporcionar seguimiento médico regular al paciente en su hogar. Esto incluye visitas periódicas de médicos, enfermeras u otros profesionales de la salud, para monitorear la salud general del paciente, ajustar la medicación si es necesario y brindar atención médica especializada.
  3. Actividades de estimulación cognitiva: La estimulación cognitiva es una parte crucial del cuidado de pacientes con Alzheimer. Se pueden realizar actividades adaptadas a las capacidades del paciente para mantener y estimular sus habilidades cognitivas. Estas actividades pueden incluir juegos de memoria, rompecabezas, música, lectura y conversaciones interactivas.
  4. Cuidado personalizado: Los pacientes con Alzheimer pueden requerir asistencia en actividades diarias, como la higiene personal, vestirse, comer y movilidad. Es valioso contar con personal de apoyo capacitado, como cuidadores internos o asistentes de salud en el hogar, para brindar asistencia en estas tareas y garantizar la seguridad y el bienestar del paciente.
  5. Apoyo emocional y social: Los pacientes con Alzheimer pueden experimentar cambios emocionales y sociales significativos. Es fundamental brindar apoyo emocional tanto al paciente como a sus familiares y cuidadores. Se pueden establecer grupos de apoyo, proporcionar asesoramiento psicológico y fomentar la participación en actividades sociales adecuadas para el paciente.
  6. Seguridad en el hogar: Adaptar el entorno del hogar es esencial para garantizar la seguridad del paciente. Esto puede incluir la instalación de cerraduras de seguridad en puertas y ventanas, eliminación de objetos peligrosos, uso de ayudas para la movilidad y colocación de recordatorios visuales para ayudar al paciente a orientarse.
  7. Coordinación de servicios: La atención a pacientes con Alzheimer a domicilio puede requerir la coordinación de diferentes servicios, como servicios médicos, terapias especializadas, servicios de entrega de medicamentos y equipos de apoyo. Es fundamental establecer una comunicación efectiva y coordinar estos servicios para garantizar una atención integral y continua.

Es importante tener en cuenta que la atención domiciliaria puede variar dependiendo de las necesidades individuales del paciente y los recursos disponibles. Es recomendable buscar apoyo de profesionales de la salud y organizaciones especializadas en Alzheimer para recibir orientación y asesoramiento específico para cada caso.

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