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alimentacion saludable personas mayores

Alimentación saludable en la tercera edad

Tener un consumo de alimentos sanos y variados es importante a cualquier edad, aunque para mejorar la calidad de vida en las distintas etapas de la vida resulta fundamental adaptar la alimentación saludable en función de la edad.  La importancia de la alimentación equilibrada radica y se refleja en que lo que se ingiere es vital para el desarrollo y la salud. Máxime en personas mayores. ¿Cómo debe ser una alimentación saludable en la tercera edad?

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Importancia de la alimentación saludable en la tercera edad

El proceso de envejecimiento conlleva cambios corporales, funcionales y fisiológicos lo que supone la necesidad de modificaciones nutricionales y un mayor consumo de algunos alimentos. La calidad de una alimentación sana repercute en la condición física, psicológica y cognitiva de las personas de la tercera edad, y debe estar encaminada a minimizar los riesgos de ciertas enfermedades propias de la vejez.

Una dieta saludable diaria en la tercera edad tiene que contener minerales, proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y muchos líquidos, e intentar reducir las “calorías vacías”. Si bien es cierto que cada persona mayor puede tener necesidades diferentes a nivel nutricional en función de su estado y actividad, a nivel general las vitaminas esenciales y los macronutrientes no deben faltar en la alimentación del adulto mayor, evitando fritos o productos procesados, bebidas azucaradas y alcohol que, aunque tienen un gran aporte calórico, carecen de nutrientes.

El impacto que supone tener una alimentación saludable en personas mayores equivale a minimizar riesgos de contraer enfermedades, fortaleciendo el sistema inmunológico.

Alimentación y personas mayores

La tercera edad implica grandes cambios en los hábitos y posibilidades de las personas, así como la falta de energía y el cansancio, el uso frecuente o continuo de medicamentos, el deterioro de la dentición y la pérdida del gusto y olfato, y un mayor riesgo de aislamiento o pérdida de motivación, por lo cual la alimentación en la vejez requiere de grandes cuidados. Estas afecciones propias del envejecimiento hacen que el metabolismo se ralentice dificultando la absorción de nutrientes, en lo referente a la función digestiva. Ello puede generar anemia, pérdida de masa muscular, obesidad, depresión, desnutrición, etc.

También, comer equilibradamente ayuda a reducir enfermedades crónicas del sistema circulatorio y contrarrestar las consideradas enfermedades inflamatorias sistemáticas que dañan los vasos sanguíneos y provocan enfermedades del corazón, el hígado, páncreas, riñones, u otros órganos vitales. Las varices, el colesterol, la hipertensión arterial, ictus o problemas cardiacos pueden ser algunas de las consecuencias de una alimentación poco adecuada en la vejez. 

La nutrición saludable en la tercera edad es un factor principal también para evitar la aceleración de enfermedades degenerativas y cognitivas, como el Alzheimer, la demencia o cualquier tipo de cáncer.

Una alimentación saludable en la tercera edad para mantener un buen estado de salud debe aportar la energía y los nutrientes que la persona mayor necesite, teniendo en cuenta el estilo de vida activo o si físicamente carece de motricidad. Además del ejercicio diario, la dieta debe presentar alimentos conocidos y asequibles con buen aspecto y buen sabor, y contener las proteínas, los hidratos de carbono, minerales, vitaminas y líquidos que la persona necesite.

Se recomienda repartir la ingesta de alimentos en cinco tomas diarias, en menores cantidades por ración, pero combinando cada día las proteínas, fibras, hortalizas, frutas, cereales y vegetales para así tener la cantidad de nutrientes adecuados en cada plato, e incluir la toma de líquidos, sobre todo agua, ya que la hidratación en las personas mayores resulta esencial, aunque esta se encuentre formando parte de las comidas.

Alimentos saludables en la tercera edad

A pesar de que los alimentos que debe tomar cada persona mayor estarán supeditados a sus diferentes necesidades nutricionales, en general se debe mantener una dieta equilibrada y sana, ya que la alimentación saludable en la tercera edad cumple también una función preventiva importante.

Los alimentos saludables para ingerir en una dieta equilibrada son:

  • Alimentos ricos en nutrientes y con pocas calorías, como son las frutas y verduras que aportan vitaminas (C y E).
  • Alimentos ricos en fibras para evitar el estreñimiento, como son el pan integra, galletas integrales, copos de avena u otros cereales integrales.
  • Pescados, mariscos, carnes magras, aves y huevos, ya que contienen elevada cantidad de nutrientes vitales y pocas grasas saturadas.
  • Grasas vegetales y grasas con ácidos esenciales, como el aceite de oliva.
  • Legumbres y cereales por su alto contenido de vitaminas y minerales, como las lentejas y el arroz.
  • Productos lácteos y leche desnatada para fortalecer los huesos.
  • Ingerir zumos naturales y mucha agua a lo largo del día en pequeñas cantidades (al menos 2 litros) para asegurar una buena hidratación.

Alimentos a reducir su consumo en personas mayores

Por el contrario, hay que evitar la ingesta de grasas saturadas procedentes de animales y las que se encuentran en los alimentos procesados: galletas dulces o saladas, patatas fritas, refrescos azucarados, el alcohol. 

Tampoco deben consumirse frituras, que contienen muchas calorías, pero carecen de buenos nutrientes, y alimentos muy condimentados que no favorecen la digestión. También es necesario limitar el consumo de sal y azúcar y el sedentarismo, ya que son añadidos que favorecen la hipertensión y la obesidad. 

Además de tener una dieta saludable, para lograr un mantenimiento autónomo en la vejez es necesario mantener una rutina de ejercicio físico, ya sea caminando, puede ayudarle a sentir hambre si nota pérdida de apetito además de contribuir a controlar el peso, mejorar el cardio, la fuerza muscular y la calidad de los huesos. Realizar actividades ocupacionales para mantenerle distraído y motivado, ya que si se siente solo y apático puede caer en depresión y esto afecta gravemente a la alimentación. 

Asistencia domiciliaria, una garantía de alimentación adecuada para la familia

Con frecuencia, las personas mayores, aquellos en proceso de convalecencia o los miembros de la familia con discapacidades pueden encontrar dificultades al tener que lidiar con la preparación de sus comidas, hacer las compras necesarias o mantener una dieta equilibrada. La asistencia domiciliaria brinda una sensación de seguridad al abordar estas dificultades de manera apropiada, asegurando que todos los miembros de la familia tengan acceso a una alimentación nutritiva y diversificada.

Además de encargarse de la elaboración de las comidas, los cuidadores en el hogar pueden supervisar las restricciones alimenticias, garantizar el cumplimiento de las recomendaciones médicas y promover hábitos saludables en cuanto a la alimentación. Esto no solo contribuye a mantener la salud de los integrantes de la familia, sino que también fortalece los vínculos familiares al reducir la tensión y la inquietud relacionadas con la alimentación. En última instancia, la asistencia a domicilio se convierte en una garantía esencial para promover una alimentación adecuada y se consolida como un pilar fundamental en el bienestar general de la familia.

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