A medida que envejecemos, nuestro organismo experimenta cambios naturales que pueden afectar nuestra salud y bienestar. Las personas mayores son especialmente vulnerables a estas transformaciones, que incluyen alteraciones en el metabolismo, pérdida de elasticidad en la piel, fragilidad ósea y declive cognitivo. Con el paso del tiempo, aumenta el riesgo de padecer enfermedades, trastornos y patologías que pueden impactar significativamente en la calidad de vida de la persona mayor. ¿Cuáles son las enfermedades que más limitan a nuestros mayores en su independencia y autocuidado?
Las 5 enfermedades que más limitan a las personas mayores
Las personas mayores se consideran un grupo de riesgo para sufrir ciertas enfermedades geriátricas crónicas. Es importante tener en cuenta que, aunque estas condiciones pueden limitar la independencia y la calidad de vida de la persona mayor, existen formas de manejar y tratar estos síntomas para mejorar su bienestar general como la asistencia domiciliaria.
- Enfermedades cardiovasculares:
Las enfermedades cardiovasculares, como la enfermedad coronaria, la insuficiencia cardíaca y la hipertensión arterial, son comunes en personas mayores y pueden limitar su capacidad de movimiento y energía.
- La enfermedad coronaria se produce cuando se acumula placa en las arterias que suministran sangre al corazón, lo que puede limitar el flujo de sangre y causar dolor torácico y fatiga.
- La insuficiencia cardíaca es una afección en la que el corazón no puede bombear suficiente sangre al resto del cuerpo, lo que puede provocar fatiga, falta de aire y edema (hinchazón en los pies y las piernas).
- La hipertensión arterial es una condición en la que la presión arterial es alta, lo que puede dañar los vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Cómo influyen en la vida diaria de los mayores
En primer lugar, estas enfermedades pueden causar fatiga y falta de aire, lo que puede dificultar la realización de actividades físicas cotidianas, como caminar o subir escaleras.
Esto puede limitar la capacidad de la persona mayor para realizar tareas simples y necesarias en su día a día, lo que a su vez puede disminuir su calidad de vida.
En segundo lugar, las enfermedades cardiovasculares también pueden aumentar el riesgo de caídas en las personas mayores debidas a mareos o desmayos. A su vez, las caídas pueden ser especialmente peligrosas para las personas mayores, ya que pueden provocar lesiones graves, como fracturas de cadera, que pueden limitar aún más su capacidad para moverse y realizar actividades cotidianas.
Por otra parte, las enfermedades cardiovasculares también pueden aumentar el riesgo de otras complicaciones de salud, como accidentes cerebrovasculares y enfermedad renal crónica, que también pueden limitar la independencia de una persona mayor.
Cuando se llega a estos extremos, la ayuda a domicilio supone un pilar básico para fomentar la recuperación y autoestima de la persona mayor y mayor tranquilidad para los familiares en tanto saben que su ser querido está atendido por profesionales con formación y experiencia en los cuidados a domicilio.
- Enfermedad de Alzheimer y otras demencias
Las enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, pueden limitar significativamente la capacidad cognitiva de una persona mayor, lo que puede dificultar la realización de tareas diarias y la interacción social.
La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad degenerativa del cerebro que afecta la memoria, el pensamiento y la conducta, lo que puede limitar la capacidad de una persona para realizar actividades cotidianas, como vestirse o cocinar.
Las demencias también pueden afectar la capacidad de una persona para comunicarse con los demás y pueden aumentar el riesgo de depresión y ansiedad.
La enfermedad de Parkinson puede causar temblores y rigidez muscular, lo que puede dificultar actividades físicas sencillas y la realización de tareas cotidianas.
La disminución de la función cognitiva y la debilidad muscular pueden aumentar el riesgo de caídas en las personas mayores, lo que puede provocar lesiones graves que les haga ser más dependientes de los cuidados de terceros.
- Enfermedades respiratorias crónicas
Las enfermedades respiratorias crónicas, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el asma, pueden limitar la capacidad de ejercicio y reducir la capacidad respiratoria.
- La EPOC es una enfermedad pulmonar que causa una obstrucción crónica en las vías respiratorias, lo que puede provocar falta de aliento y fatiga.
- El asma es una enfermedad en la que las vías respiratorias se inflaman y se estrechan, lo que puede provocar tos, sibilancias y dificultad para respirar.
Las enfermedades respiratorias pueden requerir que la persona mayor utilice oxígeno suplementario o medicamentos para controlar los síntomas, lo que puede limitar la movilidad de la persona.
- Artritis
La artritis y otras enfermedades reumáticas pueden provocar dolor articular, limitar el movimiento y la capacidad de realizar actividades diarias. La artritis es una inflamación de las articulaciones que puede causar dolor, rigidez y dificultad para moverse.
Las enfermedades reumáticas también pueden provocar fatiga y debilidad muscular, lo que puede limitar la capacidad de una persona para cuidarse en el día a día por sí mismos.
Consecuencias para el día a día de la persona mayor de las enfermedades remáticas
Estas enfermedades pueden causar dolor, rigidez y disminución de la movilidad articular, lo que puede dificultar la realización de actividades cotidianas como caminar, subir escaleras y agarrar objetos.
Las enfermedades reumáticas también pueden aumentar el riesgo de caídas y lesiones debido a la disminución de la movilidad articular y la disminución de la fuerza muscular.
En las etapas avanzadas de estas enfermedades, es posible que la persona necesite ayuda para ejecutar tareas básicas como vestirse, asearse y comer.
- Diabetes
La diabetes puede causar complicaciones como neuropatía periférica, enfermedad renal y problemas de visión, lo que puede limitar la capacidad de realizar tareas diarias.
- La neuropatía periférica es una afección en la que los nervios periféricos se dañan, lo que puede causar dolor, hormigueo y entumecimiento en las extremidades.
- La enfermedad renal diabética puede dañar los riñones y reducir su capacidad para filtrar los desechos del cuerpo, lo que puede provocar fatiga, náuseas y debilidad muscular.
- Los problemas de visión pueden incluir cataratas, retinopatía diabética y glaucoma, lo que puede limitar la capacidad de una persona para desarrollar tareas visuales y afectar su calidad de vida en general.
Cuidados especiales que requiere una persona mayor con diabetes
- Manejo de la medicación: Las personas mayores con diabetes necesitan tomar medicamentos para controlar sus niveles de glucemia. La falta de adherencia a los medicamentos puede llevar a complicaciones graves, lo que puede dificultar la independencia de una persona mayor.
- Control de la dieta: Las personas mayores con diabetes necesitan seguir una dieta saludable y equilibrada para mantener sus niveles de glucemia en un rango normal. Esto puede requerir un control riguroso de lo que se come y cuándo se come, lo que puede limitar la capacidad de una persona mayor para disfrutar de la comida y comer fuera de casa.
- Control del ejercicio: El ejercicio es importante para controlar los niveles de glucemia y mantener una buena salud en general. Sin embargo, las personas mayores con diabetes pueden tener dificultades para realizar ejercicio debido a problemas de movilidad o debilidad, lo que puede limitar su independencia.
- Cuidado de los pies: Las personas mayores con diabetes tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas en los pies, como úlceras e infecciones.
Otras enfermedades y patologías que afectan a su calidad de vida
Además de las patologías vistas anteriormente, otras enfermedades también hacen mella en la calidad de vida de nuestros mayores, limitando su independencia y lastrando los últimos años de su vida.
Desnutrición y obesidad en la tercera edad
En la tercera edad, los desequilibrios alimentarios son comunes y pueden llevar a problemas de desnutrición y obesidad. Las personas mayores a menudo pierden el apetito, lo que puede resultar en una disminución de la ingesta de vitaminas, proteínas y líquidos, lo que a su vez puede provocar deshidratación, gastritis, anemia y otras enfermedades y trastornos.
Es crucial comprender las necesidades nutricionales de los mayores para evitar estos problemas. La obesidad y la desnutrición son preocupantes no solo desde una perspectiva estética, sino también porque pueden aumentar el riesgo de enfermedades y trastornos graves.
Insomnio
Dormir bien es esencial para la salud, pero a medida que envejecemos, nuestro cuerpo tiende a experimentar cambios en el metabolismo y posibles enfermedades o patologías. Estos cambios pueden hacer que experimentemos alteraciones en nuestro ciclo del sueño.
A medida que envejecemos, tendemos a tener un sueño más ligero y superficial que las personas más jóvenes. Es posible que nos despertemos sintiéndonos menos descansados que antes a la hora de conseguir un buen descanso nocturno.
La soledad, una enfermedad de la que nadie habla
La soledad es un grave problema para las personas mayores. Es un factor de riesgo para la aparición de depresión u otras enfermedades neurodegenerativas.
La depresión en los adultos mayores puede agravarse y derivar en distimia, que es una tristeza constante. Vivir solo en la vejez puede convertirse en un gran reto para afrontar el día a día.
Confía en personas con formación y experiencia en la atención domiciliaria para tus familiares
Si tus padres, abuelos o cualquier otro familiar o conocido padece alguna de estas enfermedades que limitan su independencia y calidad de vida, ayúdales con personal cualificado y experimentado, especializado en el trato humano y personal a personas mayores.
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